Leche ecológica
En realidad la única categoría de las tres citadas que recibe regulación como tal por parte de la Unión Europea es la de leche ecológica, para la cual hay una estricta normativa que prescribe que las vacas deben:
- vivir en libertad cuando las condiciones meteorológicas lo permitan
- se alimentarán en prados y de forraje cuando están estabuladas
- no se la alimentará de piensos a no ser que sea necesario
- pastarán en prados no tratados con pesticidas ni herbicidas que no sean aprobados por la normativa.
- no podrá dársele a la vaca tratamientos hormonales para aumentar la producción
- no se la podrá medicar con antibióticos preventivamente, sino solo si un veterinario detecta una enfermedad concreta
- se respetará el llamado 'periodo seco' del animal, que es un plazo entre el parto y la nueva inseminación para que vuelva a dar leche.
Estas condiciones garantizan no solo que la leche se ha
producido en condiciones ecológicas, sino también que el animal
productor tiene buenas condiciones de vida. Las explotaciones ecológicas
no abundan porque la producción de la vaca es menor al respetar los requisitos ausencia de tratamientos y 'periodo seco'.
Foto: Max Pixel
La leche es más cara y el precio se justifica en
el coste más alto que requiere este tipo de explotación para una
producción no tan competitiva, pero no está garantizado que la leche ecológica tenga mayor calidad nutricional, aunque hay estudios que aseguran que sí. Lo que si parece ser cierto es que hay una relación entre la cantidad de ácidos grasos omega 3 presentes en la leche y la alimentación con hierba y forraje, siempre que esta esté debidamente equilibrada.
Leche BIO
En cuanto a la leche BIO, nos tememos que en este caso hay un mal uso o indebido del término, por parte de algunas marcas para promocionar su leche ecológica con ambos nombres a la vez.
La razón es que BIO es un sinónimo aceptado por la norma europea
de 'ecológico', con lo que al usar el término 'BIO ecológica' se cae en
la reiteración, si bien si solo se usa BIO, el etiquetado es correcto.
BIO suena mejor y no tiene las connotaciones 'activistas' del término
'ecológica' que puede molestar a algunos consumidores, es por ello que
algunas marcas incluyen ambos términos juntos.
En realidad, la normativa europea se refiere a la categoría de
alimentos orgánicos, que se puede traducir comercialmente como BIO. Se
refiere a productos en los que no se han adicionado ningún tipo de
compuestos químicos no naturales, algo que de común sucede en todas las
leches, por lo que salvo casos concretos, la mayoría son BIO.
Ahora bien, muchas marcas emplean, como se ha comentado la
denominación 'leche ecológica BIO'; lo que ocurre es que los requisitos
de una leche ecológica ya implican sobradamente la no adición de
químicos, por lo que la adición de 'BIO' se hace innecesaria cuando no
inapropiada.
Leche de vacas felices
Es cierto que hay varios estudios que apuntan a que cuando una vaca
es feliz, produce leche con más calcio que cuando está estresada,
aunque hay matices a este aserto. En concreto un estudio de la Universidad Madison-Wisconsin consistió en inyectar serotonina a un grupo de vacas de dos razas, Holstein y Jersey, y después estudiar la calidad de su leche comparada con otras vacas de control.
Foto: Max Pixel
El resultado fue que las vacas de raza Jersey mostraban niveles más
altos de calcio en la leche pero normales en sangre; en cambio las de
raza Holstein mostraron resultados en sentido inverso. O sea que se
puede decir que es relativo asegurar que las vacas felices produzcan mejor leche, al menos a nivel de laboratorio.
Otra cosa es que determinadas explotaciones ganaderas hayan optado por apostar por dar mejor calidad de vida a sus vacas y quieran hacerse eco de ello
bajo la denominación 'leche de vacas felices', pero esta categoría no
está regulada por ninguna normativa, salvo porque en realidad se trate
de explotaciones ecológicas, al menos en lo que se refiere al trato al
animal.
Por ley, la leche de vacas felices solo puede caber en la categoría de ecológica o normal,
por lo que esta etiqueta hace referencia al marketing y no ofrece
garantías reales de que la vaca sea tratada mejor o peor, que se
respeten los 'periodos secos' o se la separe de sus terneros
inmediatamente tras el parto. Solo tenemos la palabra que nos da el
ganadero, al que podemos creer o no. De hecho, algunas asociaciones animalistas critican duamene este tipo de terminologías.