China denuncia a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio
Es la tercera queja formal que el gigante asiático presenta contra la política de sanciones impuestas por Trump en el marco de la guerra comercial
Pekín
China ha presentado una queja formal contra Estados Unidos ante la
Organización Mundial del Comercio (OMC), para protestar contra las
sanciones norteamericanas a sus productos en la guerra comercial
que mantienen ambos países. La decisión, más significativa
simbólicamente que por sus efectos jurídicos, fue anunciada por el
Ministerio de Comercio chino este lunes.
Esta denuncia llega tras la entrada en vigor el pasado domingo de nuevos aranceles por parte de EE UU, que elevan del 10% al 15% las tasas impositivas sobre importaciones chinas valoradas en 100.000 millones de euros. Este conflicto ya dura más de un año y la proximidad de las elecciones presidenciales norteamericanas hace pensar que seguirá coleando, como mínimo, hasta 2021. A pesar de todo, el diálogo continúa y los equipos negociadores de ambos países retomarán las conversaciones en Washington a principios de octubre.
Según aseguró el comunicado del ministerio, esta última ronda de
sanciones rompió el pacto alcanzado por los líderes de ambas potencias,
Donald Trump y Xi Jinping, durante su encuentro personal en la cumbre del G20,
celebrada en Osaka, Japón, a finales de junio. El documento manifestaba
que “China defenderá sus derechos de acuerdo con las normas de la OMC”.
Esta queja, precedida por otras dos en agosto y septiembre del año pasado, es la tercera que el gobierno chino eleva a la OMC en protesta por las sanciones, dirigidas específicamente contra su país. Uno de los cometidos de esta institución, precisamente, es acotar los aranceles que un país puede imponer a los productos de otro.
El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, hizo público el pasado viernes un comunicado en el que exponía su defensa frente a las acusaciones. En el texto, la administración argumentaba que las sanciones con un mecanismo de defensa contra el robo de propiedad intelectual perpetrado por China. “China ha tomado la decisión unilateral de adoptar agresivas medidas en materia de política industrial para robar o adquirir de manera injusta la tecnología de sus socios comerciales”, decía el texto.
El comunicado estadounidense también argüía que sus acciones no estaban sujetas a la normativa de la OMC al ser “necesarias para proteger la moral pública”. Esta frase hace referencia a una cláusula empleada en pleitos anteriores para defender restricciones comerciales en materia de tráfico de armas y juego.
La queja presentada por China es un movimiento en gran medida simbólico, que ha sido interpretado como una manera de posicionarse como un Estado favorable al statu quo y el multilateralismo. El proceso contencioso puede alargarse durante años, y en caso de que la institución fallara a favor de China, esta estaría autorizada para aprobar unas sanciones que ya están en vigor.
Esta denuncia llega tras la entrada en vigor el pasado domingo de nuevos aranceles por parte de EE UU, que elevan del 10% al 15% las tasas impositivas sobre importaciones chinas valoradas en 100.000 millones de euros. Este conflicto ya dura más de un año y la proximidad de las elecciones presidenciales norteamericanas hace pensar que seguirá coleando, como mínimo, hasta 2021. A pesar de todo, el diálogo continúa y los equipos negociadores de ambos países retomarán las conversaciones en Washington a principios de octubre.
Esta queja, precedida por otras dos en agosto y septiembre del año pasado, es la tercera que el gobierno chino eleva a la OMC en protesta por las sanciones, dirigidas específicamente contra su país. Uno de los cometidos de esta institución, precisamente, es acotar los aranceles que un país puede imponer a los productos de otro.
El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, hizo público el pasado viernes un comunicado en el que exponía su defensa frente a las acusaciones. En el texto, la administración argumentaba que las sanciones con un mecanismo de defensa contra el robo de propiedad intelectual perpetrado por China. “China ha tomado la decisión unilateral de adoptar agresivas medidas en materia de política industrial para robar o adquirir de manera injusta la tecnología de sus socios comerciales”, decía el texto.
El comunicado estadounidense también argüía que sus acciones no estaban sujetas a la normativa de la OMC al ser “necesarias para proteger la moral pública”. Esta frase hace referencia a una cláusula empleada en pleitos anteriores para defender restricciones comerciales en materia de tráfico de armas y juego.
La queja presentada por China es un movimiento en gran medida simbólico, que ha sido interpretado como una manera de posicionarse como un Estado favorable al statu quo y el multilateralismo. El proceso contencioso puede alargarse durante años, y en caso de que la institución fallara a favor de China, esta estaría autorizada para aprobar unas sanciones que ya están en vigor.