EMPORIO:

viernes, 19 de mayo de 2017

USA PODRA VENDER GAS NATURAL Y CARNE DE VACUNO EN CHINA

Estados Unidos podrá vender carne de vacuno y gas natural en China

El pacto supone el primer avance tangible en materia comercial entre Trump y Xi Jinping

Wilbur Ross, secretario de Comercio
Wilbur Ross, secretario de Comercio  REUTERS
La Administración de Donald Trump trata de desviar la atención por el tumulto originado por el cese sorpresa del director del FBI, alardeando lo que se considera como el primer paso concreto para empezar a resolver los litigios comerciales que tiene con China. Uno de ellos es el que afecta a la carne de vacuno. Pekín acepta finalmente levantar las restricciones a este producto agrícola a cambio de permitir las importaciones de pollo cocido.
La carne roja fue uno de los platos fuertes en el encuentro bilateral con Xi Jinping hace un mes en Mar-a-Lago. Y no porque el presidente estadounidense tenga debilidad por una buena chuleta o las hamburguesas. China tiene prohibidas las importaciones de ternera estadounidense desde 2003, tras los casos de vacas locas. Pekín prometió en septiembre que iba a levantar el bloqueo.
Pero no hubo avances. El Departamento de Comercio anuncia ahora, tras una serie de consultas técnicas, que sucederá antes del próximo 16 de julio. El pacto precisa, en cualquier caso, que China permitirá todas las importaciones de vacuno “que sean consistentes con las normas internacionales de seguridad y salud alimentaria”. También cita el acuerdo de cooperación comercial de 1999.
China es el mercado con mayor potencial para los productos agrícolas de EE UU por el crecimiento de la clase media. Pero hay grandes corporaciones como Cargill que no le sacan juego por las limitaciones comerciales mientras que los competidores de otros países elevan su volumen. El campo, además, fue clave para que Donald Trump se alzara con la victoria en las presidenciales.
El acuerdo, confirmado por las autoridades chinas, permitirá además a las empresas del gigante asiático comprar gas natural licuado a proveedores estadounidenses y a establecer contratos a largo plazo con estos. En los últimos años, Pekín ha tratado de diversificar sus fuentes de energía para depender menos del carbón, con especial énfasis en el gas natural y la energía nuclear.
China se compromete también a abrir a las compañías estadounidenses "ciertos servicios financieros" como las calificaciones crediticias o los pagos electrónicos, lo que debería agilizar la obtención de licencias, por ejemplo, para los proveedores de tarjetas de crédito. Hasta ahora la empresa local UnionPay ha operado prácticamente bajo un régimen de monopolio. EE UU tratará por su parte a los bancos chinos como al resto.

Pollo cocido chino

El anuncio forma parte del plan de acción pactado por los equipos de Trump y Xi. A cambio de vender ternera en los supermercados chinos, se van a levantar las restricciones a la carne de pollo cocinada procedente de China. Se resuelve de esta manera otra de las disputas pendientes entre los dos socios comerciales. El plazo para que se abra el mercado es el mismo que para el vacuno.
Trump utilizó durante la campaña las relaciones comerciales con China como su principal caballo de batalla, a la que acusó de prácticas desleales. Amenazó incluso con imponer un arancel de hasta el 45% para algunos de sus productos y prometió con calificarle como país manipulador de su divisa. El presidente, con la crisis de Corea del Norte ganando cuerpo, optó por un dar un paso atrás.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, asegura que se están produciendo avances para resolver cuestiones pendientes entre los dos socios comerciales y dejó claro que estas iniciativas no tienen nada que ver con Corea del Norte. Donald Trump, sin embargo, admitió que estaba dispuesto a renunciar a una rebaja del déficit comercial si conseguía acabar con la amenaza nuclear. Este viernes, el viceministro de finanzas chino, Zhu Guangyao, aseguró al respecto que "los asuntos económicos no deberían politizarse".
Este acuerdo supone el primer resultado tangible de la reunión entre Xi y Trump en Florida, al menos en materia comercial. Ambos líderes quedaron entonces en buscar fórmulas para abordar el enorme desequilibrio en los intercambios bilaterales del que Trump se quejó tanto en campaña como ya en la presidencia. Estados Unidos registró en 2016 un déficit comercial de 310.000 millones de dólares con China, una cifra que supone más de la mitad del déficit total.
En este sentido, Paul Gruenwald, director general para Asia Pacífico de Standard & Poor’s Global, consideró que “la importancia (del acuerdo entre China y Estados Unidos) va más allá de la cantidad de gas licuado que se exporte”. Se trata, dijo, de una oportunidad para Trump de lanzar el “mensaje político” de que hay avances en “su obsesión con equilibrar la balanza comercial” con China.

CHILE SE SUMA AL BANCO DE DESARROLLO PROMOVIDO POR CHINA

Chile se suma al banco de desarrollo promovido por China

El país pretende lograr financiación del nuevo ente para proyectos de infraestructuras

El Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), un prestamista multilateral creado y controlado por China, anunció este sábado su visto bueno a la incorporación de Chile como miembro de la entidad. En los últimos años, la nación latinoamericana ha visto incrementar significativamente el peso del gigante asiático en su economía, sobre todo a través de los intercambios comerciales. Su entrada en la organización representa una herramienta más con la que lograr financiación para proyectos de infraestructura en su territorio.
Michelle Bachelet, junto al presidente del BAII, Jin Liqun.
Michelle Bachelet, junto al presidente del BAII, Jin Liqun.  EFE
"Estamos convenvidos que formar parte de esta institución supondrá un gran beneficio para proyectos de conectividad e infraestructura", aseguró la presidenta chilena, Michelle Bachelet, junto al presidente del BAII, Jin Liqun, en una declaración conjunta en Pekín. Desde que se inauguró oficialmente a principios de 2016, la entidad ha concedido préstamos por valor de 2.075 millones de dólares, principalmente a países del sur, sureste y centro de Asia. Entre sus miembros fundadores (no regionales) están Brasil y España, mientras que Perú y Venezuela se unieron al club hace apenas dos meses.
Si bien la entidad fue creada con el objetivo de cubrir parte de las ingentes necesidades de financiación en infraestructuras en Asia, también fue considerado como un acto de rebeldía de Pekín, que considera que el orden financiero internacional surgido en Bretton Woods ya no refleja la realidad de la economía mundial. El BAII es, de hecho, la primera y única entidad multilateral cuyo accionariado está dominado por países en vías de desarrollo. Varias naciones ricas se han unido al banco -un éxito diplomático que pocos esperaban cuando se impulsó-, aunque Estados Unidos y Japón son reticentes a ello porque lo consideran una herramienta de Pekín para expandir su influencia en la región.
Además de Chile, el banco anunció la entrada de Bolivia, Baréin, Chipre, Grecia, Rumanía y Samoa, con lo que la cifra total de miembros asciende a 77.
Muchos de los proyectos financiados por esta entidad llevan la etiqueta de "Las Nuevas Rutas de la Seda", una propuesta de China para promover los vínculos por tierra y mar entre Asia, África y Europa a través de revitalizar conexiones comerciales y sobre todo mediante la oferta de miles de millones de yuanes para inversiones en infraestructuras.
Tanto Bachelet como el presidente argentino, Mauricio Macri, participarán este domingo y lunes en el primer foro sobre la iniciativa, pendientes de si sus países logran parte del acaudalado monedero chino para proyectos en cartera. Chile plantea, por ejemplo, la construcción de un cable submarino transoceánico de fibra óptica que conecte ambos países; Argentina propone financiación para mejorar la hidrovía sobre el río Paraná, basada en la construcción de un canal navegable que impulse el desarrollo de las zonas lejos de la costa del norte del país.
"Creemos que hay muchos proyectos que pueden unir Asia con o a través de Latinoamérica", aseguró Bachelet. Horas después, en una reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, habló de este y otros proyectos, como corredores bioceánicos (túneles y autopistas) a través de los Andes. Ambos países firmaron también varios acuerdos en materia de turismo, tecnología, comercio o cooperación en la Antártica.
Chile tiene un fuerte vínculos comercial con China. El gigante asiático es su primer socio comercial y el país andino fue el primero de Latinoamericano que firmó un Tratado de Libre Comercio con Pekín en el año 2006. Su comercio bilateral superó el año pasado los 31.200 millones de dólares, según datos de la base de datos Comtrade de Naciones Unidas. Y, a diferencia de la mayoría de países del planeta, Chile registró una balanza comercial a su favor.
La dependencia de Argentina es menor. China es su segundo socio comercial, pero en valores absolutos intercambió productos por la mitad de valor en comparación con Chile (unos 14.900 millones de dólares). El déficit comercial, en este caso, lo arrastra Argentina.

CHINA PRESIONA A ARGENTINA

China presiona a Argentina: si quiere inversiones debe cumplir antes lo firmado con Kirchner

Macri realiza una visita oficial de cuatro días a Pekín, en la que busca reactivar los acuerdos bilaterales

China Argentina
Yan Zhiyong, titular de PowerChina, saluda a Mauricio Macri (dcha.) en Pekín. PRESIDENCIA ARGENTINA
"A los chinos hay que cumplirles", afirma el presidente de la Cámara Argentino-China, Carlos Spadone, uno de los primeros empresarios argentinos que comenzó a hacer negocios con el gigante asiático. El Gobierno de Mauricio Macri ha frenado los compromisos asumidos con Pekín por su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, y de no retomarse están en riesgo inversiones en energía e infraestructura que pueden ascender hasta 30.000 millones de dólares. Macri comenzó este lunes una visita oficial de cuatro días a Pekín que busca limar las tensiones entre ambos países y lograr que China vuelva a abrir el grifo. Como forma de presión, el Gobierno de Xi Jinping ha dejado de comprar soja argentina y se la adquiere al vecino Brasil aun a precio superior, afirma Sergio Cesarin, coordinador del Centro de Estudios sobre Asia del Pacífico e India (Ceapi) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.

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En el centro del conflicto están las dos centrales hidroeléctricas proyectadas en la provincia patagónica de Santa Cruz, el feudo de los Kirchner. Ambas están paralizadas por la Justicia, a la espera del resultado de estudios de impacto medioambiental. Al fallo judicial se suma la gran presión de ecologistas, que se oponen con firmeza a la construcción de las represas. "Le dije a Macri que son un desastre", declaró Yvon Chouinard, fundador de la marca de ropa estadounidense Patagonia y activista medioambiental, igual que su fallecido amigo Douglas Tompkins. "Es una tecnología vieja que ya no tiene sentido. Las de Santa Cruz son un gran error. Van a costar mucho más de lo que dicen", agregó Chouinard, entrevistado por La Nación tras reunirse con el presidente argentino. El Gobierno macrista redujo de 7.000 a 4.500 millones de dólares el costo previsto de las obras a cambio de reducir la potencia y extender los plazos de concesión.
Le guste o no el proyecto de las represas, Macri tiene poco margen de maniobra, ya que los distintos acuerdos firmados con empresas chinas por Fernández de Kirchner contienen cláusulas de cross default, es decir, si se suspende una de las obras pactadas, se caen también todas las demás. Una de ellas es el Belgrano Cargas, el ambicioso proyecto para comprar nuevos vagones y locomotoras y modernizar 1.600 kilómetros de vías de tren entre las provincias productivas del norte argentino con los puertos de Rosario, con el objetivo de abaratar notablemente los costos de transporte internos de las materias primas argentinas destinadas a la exportación.
El interés chino por el Belgrano Cargas se remonta a 2006, cuando se conformó un consorcio chino-argentino encabezado por Franco Macri, padre del actual presidente y uno de los empresarios más ricos del país. En el consorcio estaba también Hugo Moyano, líder del sindicato de Camioneros. "Moyano es el último interesado en que funcionen los trenes", asegura Spadone. "Cobraron mucho, pero no arreglaron nada", denuncia. En 2012, Fernández de Kirchner reflotó la idea y anunció un préstamo chino por 11.400 millones de dólares. El Gobierno macrista convirtió el Plan Belgrano en una de las grandes obras de infraestructura para ganar competitividad e impulsar las economías regionales del centro y norte del país.
Otro de los puntos de fricción en las obras adjudicadas a las empresas chinas son los materiales. Importarlos del país asiático es mucho más barato que comprarlos en Argentina, pero la legislación local obliga a que al menos el 21% de la producción sea nacional. La falta de acuerdo ha retrasado la financiación china de gasoductos en Córdoba y el gobierno provincial ha vuelto a sacar a licitación algunos de los proyectos este año tras esperar en vano la llegada de fondos del país asiático. La discusión sobre las centrales nucleares pactadas con China pretende garantizar la transferencia tecnológica, mientras que la base espacial china en Neuquén, en terrenos cedidos por el kirchnerismo a Pekín por 50 años, ya está lista para comenzar a operar.

Viaje "incómodo"

Al no poder ir con las manos libres, Cesarin opina que Macri viaja "incómodo" a China. Pero destaca algunas de las ventajas que tiene frente a su predecesora para la negociación. En primer lugar, haber diversificado las fuentes de financiación. El acceso a los mercados internacionales de crédito de Argentina tras el pago de la deuda a los fondos buitre y el giro diplomático dado por Macri han reducido la dependencia del país austral hacia China, que hasta 2015 fue prácticamente el único que le tendió un salvavidas económico.
El presidente argentino llega a Pekín 15 días después de haber sido recibido en Washington por Donald Trump. Además de poner sobre la mesa la carta estadounidense, con la que el kirchnerismo no contaba, Macri ostenta la presidencia pro tempore de Mercosur y es un firme partidario del acercamiento entre este bloque y la Alianza del Pacífico, que podría reflejarse en obras conjuntas de gran interés para China.
"A China no solo le interesa Argentina, sino todo América Latina, porque tenemos materias primas y alimentos que necesita y que necesitará aún más en el futuro", subraya Spadone, quien no descarta que en unas décadas el gigante asiático recurra a este continente hasta para aprovisionarse de agua.