Hace 20.000 años, los hombres de Cromañón, nuestros antepasados de la era glacial, pintaron en las paredes de la cueva cerca de 900 animales entre los cuales figuran caballos, vacas, toros, pero también animales que ya no existen en Francia como bisontes, rinocerontes y mamuts. La finura de los rasgos de los animales, el manejo de la perspectiva y la excepcional conservación de los pigmentos naturales, ocres, rojos, negros y morados, todavía fascinan a los arqueólogos.
También impresiona la forma de los animales, la precisión de las curvas de las vacas, y el movimiento de otros bisontes. Y los pintores de Lascaux utilizaron incluso el relieve de la cueva para darle más realismo a la panza de las vacas, por ejemplo.
El estado de conservación de la cueva se debe a que permaneció obstruída durante miles de años, lejos de la presencia humana. Su descubrimiento en 1940 y apertura al público ocasionó daños que amenazaron este excepcional legado artístico prehistórico por lo que se construyó una primera réplica parcial en los años 80, a pocos metros de la cueva original.
Sin embargo la presencia de miles de visitantes y de coches también obligó a desplazar la reproducción. Y así fue como nació la idea de otra réplica de la caverna, íntegra y a escala real, integrada en un museo de arte rupestre que se prepara para recibir a medio millón de visitantes al año.
El jefe del Estado francés, François Hollande, inauguró este nuevo museo de arte rupestre, ubicado en Montignac, cerca de la colina de Lascaux, que alberga la réplica de la cueva: un espacio de unos 150 metros, totalmente fiel a la caverna original. Se reprodujo incluso la temperatura de 13 grados que reina permanentemente en el subsuelo.
Sociedades sin guerra
Este patrimonio, considerado como una de las manifestaciones más antiguas del arte, nos da también una idea de cómo vivían los hombres de Cromañón.
Jean-Pierre Chadelle insiste en derribar ciertos prejuicios sobre los hombres de la prehistoria, que físicamente eran totalmente similares a nosotros: “En el espíritu de la gente muchas veces el hombre de Cromañón, el hombre prehistórico, es representado como un bruto con una porra, y que va a masacrar a animales para alimentarse o que mata a sus congéneres. En realidad es una idea falsa. Lo que sabemos del comportamiento de Cromañón, es que durante todo el tiempo en el que fueron cazadores recolectores nunca hemos encontrado ninguna pinta de sílex en un hueso humano. Eso demuestra que vivían en sociedades sin guerra."
El arqueólogo, que fue uno de los pocos en poder acceder varias veces a la cueva original, agrega: “La guerra es una invención reciente contrariamente a lo que hemos podido pensar durante siglos. La guerra llego tardíamente en la historia humana, junto con la agricultura y la sedentarización. Cuando observamos las civilizaciones de Lascaux, nos damos cuenta que no hay ningún hueso humano que fue víctima de una arma. En cambio cuando los hombres empezaron a practicar la agricultura, a almacenar semillas en una granja, cuando aparece gente que tiene de comer y otras no, pues inicia la guerra y sus huellas: masacres, sepulturas colectivas y puntas de lanzas en los huesos”.
Dibujos misteriosos
La caverna de Lascaux, sin embargo, no ha revelado todos sus secretos. Permanecen dudas acerca de ciertos signos abstractos que figuran en la cueva original, cerrada al público para conservarla.
“Tenemos signos básicos como en forma de ‘v’, enlazados los unos con los otros, y que llegan a medir hasta un metro veinte. A veces estos signos están entrecruzados, en otros dibujos están colocados de manera opuesta, del lado más ancho, a veces hay un punto o un guion entre los dos signos. A veces hay hasta cinco signos así, y esto evoca una espiga o un follaje, pero en realidad solo son signos organizados de cierta manera”, dijo a RFI Jean-Pierre Chadelle, arqueólogo de la universidad de Burdeos.
Además de presentar una réplica de la obra, el nuevo museo de arte rupestre de Lascaux recrea mediante películas y animaciones, como ocurrió el descubrimiento de la cueva, las controversias acerca de las interpretaciones de los dibujos, y las técnicas modernas que permitieron certificar la edad de las pinturas, cerca de 20.000 años.